Darle un toque terrorífico a platos sencillos es fácil con imaginación y algo de maña.

Desde pequeños hemos escuchado que con la comida no se juega pero con la escusa de que se acerca Halloween vamos a hacer una excepción. Existen un montón de recetas supersencillas pero muy vistosas que además podemos hacer en familia. Meternos en la cocina con nuestros hijos es siempre una buena idea y con estas propuestas no habrá niño que diga que no. Eso sí, no podemos asegurarte que una vez terminado el trabajo no les de pena comérselo.

No se trata de conseguir una estrella Michelín, sino de adaptar recetas e ingredientes del día a día para convertirlas en platos terroríficos perfectos para degustar la noche de Halloween.

Ajústate el delantal que empezamos.

1. Compra un bizcocho de chocolate o anímate a hacer un brownie. Córtalo en porciones individuales y disponte a convertirlas en pequeños murciélagos. Unas galletas Oreo partidas por la mitad servirán de alas y los ojos puedes encontrarlos ya hechos en tiendas especializadas en repostería o fabricarlos con un poco de fondant. A tus hijos les encantará manipular esta plastilina comestible.

2. No todo en Halloween tienen que ser dulces y chucherías. Decorar platos saludables para que sean más terroríficos también es una buena opción. Desde Yoyorama te proponemos hacer unas tortitas de Plátano de Canarias y utilizar fruta para convertirlas en pequeños monstruitos. Plátano, arándanos, fresas, mandarinas… cualquier fruta es válida, juega con tu imaginación.

3. Todo el mundo sabe que la sangre de las películas de terror es en realidad ¡ketchup!. Así que no dudes en utilizar ese recurso tan cinematográfico para darle un aspecto sanguinolento a tus elaboraciones. Un simple sándwich de pan de centeno con unos churretones de ketchup estratégicamente colocados y listo. Si ya encima le haces unos cortes para que parezca un ataúd, te quedará una merienda de miedo.

4. Más allá de las elaboraciones comestibles, también puedes darle un aspecto más tétrico a tu mesa customizando por ejemplo las latas de refrescos. Puedes pintarlas todas de negro y añadirle unas alitas hechas con cartulina, por ejemplo. O teñirlas de naranja y pintarles ojos para que sean calabazas…

 

5. Bien sea para acompañar a una crema de calabaza o simplemente para merendar, esta propuesta que está a medio camino entre una receta y una manualidad triunfará. Corta una loncha de queso y colócala alrededor de un stick salado para convertirlo en una escoba de bruja. O mejor, encárgaselo a tus hijos y les tendrás toda la tarde entretenidos. 

 

6. Momificar a unas salchichas puede ser todo un planazo para la noche de los muertos vivientes. Tan solo necesitas unas salchichas de Oscar Mayer y una masa de hojaldre de Casa Tarradellas. Cortas la masa en tiras, envuelves a la salchichas como si la estuvieras vendando y al horno. Truco: si quieres que el hojaldre dore, píntalo con huevo batido antes de hornear.

7. Con un poco de imaginación, un sencillo plato de spaguetti puede convertirse en un plato que da mucho miedo. Coloca la pasta de Gallo a modo de pelos, un buen pegote de salsa de tomate como cara y con el queso, las aceitunas o unas alcaparras juega a dibujar una cara espeluznante.

8. Los fans de la pizza también pueden hacer su versión Halloween con ingredientes que seguro tienes en la nevera. Puedes hacerla tamaño familiar o mini size. Añade a la base el tomate, y cúbrelo con tiras de queso de modo que parezcan vendas. Con un par de aros de aceituna tendrás los ojos. 

 

9.Pero si hay algo que no puede faltar en la noche de Halloween si no quieres que te den muchos sustos cuando llamen a la puerta son las gominolas. Fini las tiene tematizadas para la época así que te bastará con ponerlas en un cuenco mono.

Tienes todos los ingredientes para pasar una noche de miedo.