Seguimos en plena ola de la variante Omicron, muchos ya nos estamos dando la tercera dosis, sin embargo, la vacuna para los niños de 5 a 11 años no fue posible hasta octubre. Si todavía no se la han dado a vuestros hijos y teméis el momento ya que tienen pánico a las agujas, hoy os damos las claves para afrontar este miedo de la mejor manera.
Muchos niños sufren al tener que darse una inyección, lo cual es normal porque tienen la piel más sensible y les duele. El día comienza mal cuando vais a la cita de la vacuna con prisas, aguantáis todo el trayecto del niño quejándose, entráis y se pone a llorar o su berrinche se vuelve incontrolable… Toda esta pesadilla puede hacer que perdamos la calma y que en momentos de estrés empeoremos el estado del niño. Hay formas de actuar que ayudan al niño a tranquilizarse y hacen que el momento de la vacuna no sea tan mal trago. Aquí os dejamos algunas:
Las palabras no sirven de mucho
Lo más normal es intentar tranquilizarles con la palabras, con frases como: «Tranquilo, no pasa nada, va a ser solo un pinchacito» o «No tengas miedo, no duele nada». Esto en vez de ayudar y calmar al niño, lo que hace es provocarle más angustia. Los niños suelen encontrarse ante un momento de nerviosismo en el que no son capaces de actuar de forma racional, por lo que las palabras de poco servirán.
Actitud positiva
Una vez vemos que las palabras no funcionan, y que su comportamiento solo va a peor, recurrimos a respuestas más duras. Nos estresamos y comenzamos a hablarles de vergüenzas o de castigos. Este tipo de herramientas solo provocan que la situación empeore. Si los niños nos ven preocupados, ellos se preocuparán más todavía y puede que incluso intente huir o hagan imposible el ponerles la vacuna. Es duro, pero lo mejor para todos es mantener la calma. Hacerles ver que estamos enfadados con ellos por su comportamiento, les produce más estrés por la situación.
Distraerles
Tras varios estudios, se ha llegado a la conclusión de que lo mejor es distraerles. Aunque al principio sea complicado, al final acaban entreteniéndose con las cosas que más les gustan. Si les gusta leer, les podéis leer un cuento, ponerles su serie favorita, jugar con su juguete preferido, llevar su peluche de la suerte o incluso cantar con ellos su canción favorita. Cualquier distracción les ayudará a no pensar en el momento y a no tener tiempo para preocuparse.
Sí al contacto físico
Cogerles de la mano, darles un abrazo antes, siempre que os sientan cerca estarán más tranquilos, y para esto, el contacto físico es fundamental. Los niños se relajan más fácilmente con una caricia o con un beso de sus padres, cualquier forma de contacto con vosotros es siempre la mejor manera de tranquilizarles.
¿Una recompensa?
Prometerles ir a desayunar luego o comprarles un helado, les ayuda a pasar de forma más positiva este mal momento. Hacer cualquier cosa que a los niños les guste, hará que estén emocionados por lo que viene y que no se obsesionen demasiado con el pinchazo. Una de cal y otra de arena. Además, sabiendo que les espera algo que les gusta después de la vacuna, tratarán de portarse lo mejor posible.