Seguro que en algún momento vuestro niño o niña os ha dicho que estaba enamorado/a. Y seguro que os han entrado ganas de explicarles que el enamoramiento es complejo, os gustaría decirles que el amor no es lo que ven en las películas de Disney. Pero, ¿Cómo hacer para que os comprendan sin hacerles daño y cómo entender vosotros lo que sienten realmente?

Es difícil preparar a los niños para el amor. A lo largo de su vida experimentarán toda una montaña rusa de emociones con la que tendrán que lidiar. El amor es más complejo que todo lo que creemos cuando somos pequeños. La neuroendocrinología afirma que el amor es una complicada interacción de hormonas que tiene como fin mantener a los seres humanos unidos. ¡Qué enrevesado parece hacer comprender esto a nuestros hijos!

Oxitocina

La oxitocina es la hormona del amor. Nuestro primer contacto con ella es tras el nacimiento, el contacto con la piel de los padres invade de oxitocina a los recién nacidos. El contacto piel con piel que se produce durante la lactancia materna, por ejemplo, es especialmente bueno para la liberación de esta hormona. 

A pesar de todo esto, el amor también duele, son puras reacciones químicas. Al principio puede llegar a hacer sentir estrés e incluso insomnio. ¿Hasta qué punto deben nuestros hijos entender lo que les está pasando? Por una parte está guay que entiendan que no es nada grave, que todas esas reacciones que tiene el cuerpo son normales. 

Estamos preparados para el amor 

Desde el principio, está bien enseñarles que estamos preparados para el amor. Por muy doloroso y muy frustrante que podamos sentirnos a veces, seguimos teniendo una mente racional que no nos deja de lado. 

Cuánto más sepan acerca de lo que les ocurre, más atención podrán prestarle y les será más sencillo poner nombres a esas emociones sin sentir miedo. Somos capaces de perder el amor y volver a amar. 

Dar un buen ejemplo

Como dice el psicólogo Albert Bandura,  «aprendemos a ser humanos observando el comportamiento humano». Lo más fácil para aprender es observar y copiar, esto lo habréis visto en vuestros niños, cuando son pequeños tienden a imitar lo que ven. De hecho, son varios los estudios que demuestran que los niños que viven con padres afectuosos tienen mejores resultados académicos.

Cuando nuestros niños están expuestos al amor y lo ven reflejado en los padres, no solo con ellos sino también entre ellos, hay una mayor probabilidad de que los niños sean más felices y más saludables. Aunque a veces pongan muecas, nuestros hijos se benefician del amor que muestran sus padres. 

“El respeto, el compromiso, la buena comunicación, la empatía, la comprensión que ven reflejada en los padres les puede hacer entender lo que realmente es estar enamorado”

Una buena lección de lo que es el amor puede ser simplemente dejarles ver lo que es querer. El respeto, el compromiso, la buena comunicación, la empatía, la comprensión que ven reflejada en los padres les puede hacer entender lo que realmente es estar enamorado, más allá de las primeras palpitaciones o coqueteos. 

Podemos elegir la manera que más nos guste a cada uno para enseñar a nuestros hijos lo que es amar. Hay que celebrar siempre el amor, y a pesar de desamores dolorosos, estar ahí de apoyo y empatizar con ellos. La manera que tienen de amar a los niños es de lo más natural y espontáneo, todo un espectáculo. ¡Dejémosles que sientan el poder del primer amor enseñándoles desde siempre lo que es amar bien!