Tener un perro ayuda a los niños a crecer como personas amables y felices. El amor y la lealtad son dos de las principales lecciones que nos dan los perros. Los beneficios son muchos, y hoy os lo contamos.
La lealtad
Todos los que tengáis perro estaréis familiarizados con su devoción y el hecho de que siempre estén ahí para ti (para jugar o protegerte). Los perros son compañía, fidelidad y eterna lealtad, lo que puede ser un buen ejemplo para los niños cuando son pequeños. Además de un buen acompañamiento, claro.
El cariño
Todo lo cariñosos que seamos con nuestros perros, ellos nos lo devolverán. Saben intrínsecamente cómo ser un buen amigo y nos enseñan a ser mejores amigos sólo por existir junto a nosotros. También son la mejor terapia para un niño que no lo está pasando del todo bien.
La empatía
A los niños pequeños les puede costar desarrollar consideración hacia la persona que tienen en frente. Muchas veces aún no han superado la fase de identificación del desarrollo de su psique. Sin embargo, tener un perro ayuda a fomentar la empatía desde una edad temprana, ya que sus hijos pensarán, se preocuparán y se ocuparán de su perrito de una forma en la que nunca antes han pensado, se han preocupado o se han ocupado de nadie ni de nada.
La responsabilidad
Una de las principales lecciones de vida que pueden aprender los niños al tener un perro es la importancia de cumplir con sus responsabilidades y con sus compromisos. Esto se debe a que, independientemente de lo que ocurra en la vida de un humano, sea bueno o malo, los perros siguen estando ahí cuando se les necesita.
Dar amor cuando se necesita
Los perros tienen una extraña capacidad para percibir el miedo, la preocupación y la tristeza, y siempre están ahí para nosotros cuando más los necesitamos. ¿Qué maravilloso sería que tu hijo se sintonizara así con las emociones de sus seres?