Lo más importante a la hora de educar a un niño es mostrar empatía por él. Por eso en Yoyorama creemos que es crucial dejar cierta autonomía a aquellos niños que la necesiten.

Estamos de acuerdo en que educar a nuestros hijos no es tarea fácil, ¿no creéis?  En más de una ocasión nos parece que gritar o castigar es la mejor opción, ¿Pero, cómo podemos solucionar un conflicto sin intervenir en la independencia del niño? Muchos nos preguntamos dónde está el equilibrio entre dejar un poco de independencia a nuestros pequeños y a la vez ejercer nuestro control como padres. La teoría de la autodeterminación puede servirnos de gran ayuda para encontrar este equilibrio. 

¿Qué es la teoría de la autodeterminación?

Esta teoría psicológica elaborada por Edward L. Deci y Richard Ryan en los años 80 asegura que las personas son más productivas cuando: 

  1. Tienen un sensación de autonomía
  2.  Experimentan dominio y competencia 
  3. Sienten una auténtica conexión con los demás

Para seguir unas normas es importante que los niños entiendan el porqué de estas y estén de acuerdo con ellas. Esta teoría afirma que es más complicado que unos valores sean interiorizados por el niño si se siente controlado u obligado. La reflexión es siempre la mejor de las opciones. Hay que animarles a que se planteen y piensen sobre cómo actúan, especialmente si hay algo que han hecho con lo que no estamos de acuerdo. 

Un mejor rendimiento académico 

Según unos estudios realizados por la Universidad de China y la Universidad de Illinois, apoyar la autonomía de los niños y reducir el control sobre ellos también hace mejorar su rendimiento académico. Además, ¡el estudio muestra que apoyar su autonomía aporta mejoras tanto en el bienestar emocional como en el mental! 

Pese a que a veces nos pongamos de los nervios, hay que saber que gritar, castigar, hacerles sentir culpables e incluso premiar puede convertirse  en comportamientos contraproducentes. En cambio, enfocarlo de una manera más positiva, dejar que se equivoquen y que reflexionen sobre ello tiene mejores resultados. 

No significa renunciar al control

No os alarméis, la teoría de la autodeterminación no quiere decir que haya que dejar a los niños a su aire. Nuestros hijos sí que necesitan que intervengamos en su educación, cederles algo del control consiste en encontrar nuevas formas de ayudarles a entender por qué queremos que actúen de una determinada manera. 

Lo que defiende esta teoría en su conjunto no es dejar al niño hacer lo que le da la gana, sino ser empático y tratarle como un individuo. Por eso yoyoramers, la palabra apoyo es vital. Apoyo quiere decir hacer lo justo para ayudar, ayudarles a que se sientan competentes. Y esto se consigue una vez nuestros chicos se enfrentan a un reto y lo superan. 

A la hora de hacer los deberes…

Como sabréis de maravilla la hora de hacer los deberes siempre es algo complicada. Los niños deben esforzarse solos, deben enfrentarse a no encontrar la solución, frustrarse y resentirse. Puedes estar a su lado para responder a sus preguntas, pero no debes hacer los deberes por ellos. Una vez lo consigan, se sentirán capaces y competentes. Es cierto que cada niño necesita un apoyo diferente, pero la clave es encontrar el apoyo adecuado para nuestros hijos. 

La importancia de la empatía 

Intentar entender a nuestro hijo, procurar empatizar más con ellos, nos ayuda a encontrar el nivel de apoyo que necesitan. Es importante escucharles y tratar de comprender sus puntos de vistas, sus expectativas, así podremos ser un apoyo de calidad. 

Por lo que más apuesta esta teoría es por tener en cuenta el largo plazo en la educación de nuestros hijos. Mejor es pensar en cómo ayudarles a convertirse en personas individuales, con unos valores y unas capacidades que les pertenezcan y en las que crean. Ayudarles a desarrollar su autonomía es una buena forma de educarlos. 

La teoría de la autodeterminación puede parecer un gran reto, pero a largo plazo, da sus frutos. Os animamos a todos a probar a ceder un poco el control y tal vez sustituir el castigo o la recompensa por una buena charla que haga reflexionar a nuestros niños. El apoyo y la empatía como hemos visto son esenciales para ello. Y recordad, ¡el verano siempre es una buena época para experimentar!