Se acerca el frío y los cambios bruscos de temperatura y con ellos la temporada de los resfriados. Peeeeero, tenemos una buena noticia. Aunque muchas veces enfermar sea irremediable, existen formas de prevenir una gripe o un resfriado… ¡Os las contamos!

Síntomas de la temporada de resfriados

Primero, hablemos de los típicos síntomas para localizar un resfriado cuanto antes y que se contagie el menor número de gente posible. Los síntomas pueden ir desde una congestión nasal hasta un gran sentimiento de fatiga. Además, los niños también pueden sentir dolor de cabeza o tener fiebre leve, incluso dolores musculares. Estar atentos a todos estos síntomas supone una protección para nuestros peques, pero también para sus compañeros de clase y así evitar un gran contagio.

Prevenir es mejor que lamentar y, aunque como hemos dicho a veces sea inevitable, te traemos varios consejos para protegerse lo más posible.

Lavarse las manos con frecuencia

Lo más efectivo para evitar todas estas enfermedades es lavarse las manos. Hay que recordar a los niños la importancia de, por ejemplo, taparse la boca al estornudar. Una buena higiene de manos es el mejor de los remedios para evitar coger un resfriado. Si se establece como rutina, los niños cogerán costumbre y ¡seguro que se ponen menos veces malitos!

Evitar cambios bruscos de temperatura

El destemple es lo peor, es la forma más fácil de coger un resfriado. Por eso, los niños se tienen que acostumbrar a abrigarse al salir al exterior y a quitárselo cuando se suben al autobús, por ejemplo. Estar siempre con el abrigo o la chaqueta puestos, tanto dentro de clase, como en el recreo, hace que los cuerpos se destemplen y puedan caer enfermos. ¡Recuérdale la importancia de esto y así a partir de ahora tendrá más cuidado!

Descansar bien

Tener un buen sueño para todo es fundamental, resulta que para no caer enfermo, también. Las defensas siempre tienen que estar bien arriba para que el niño tenga menos posibilidades de coger cualquier virus. Por eso, tener una buena rutina de sueño ayuda a que el sistema inmune del niño esté más fuerte y le sea más difícil enfermar.

Buena ventilación

Cada mañana ventilar la habitación es crucial, el aire tiene que renovarse. Dejar las puertas y las ventanas abiertas un buen rato es fundamental. Es importante también, evitar lugares aglomerados con poca ventilación, como hemos comprobado tras el covid, estos sitios pueden ser grandes focos de contagio.

Beber mucha agua

H-I-D-R-A-T-A-R-S-E es primordial para que los peques no caigan enfermitos. Beber mucha agua previene la sequedad de la nariz y la garganta, lo que ayuda a evitar contraer resfriados. El agua ayuda  a eliminar toxinas, por lo que mantener el cuerpo hidratado y en buen funcionamiento es clave. Siempre podéis meterles una botellita de agua en la mochila para que cojan las costumbre de beber agua a menudo.

¡Ahora ya podéis poneros en marcha para que los peques caigan menos veces enfermos, o incluso lo eviten durante esta llegada de la temporada de resfriados!