Volvemos a abrir la consulta de Luz Marina Díaz-Flores para hablar sobre el sueño infantil: consejos para padres
Se estima que entorno al 30 por ciento de la población infantil tiene alteraciones del sueño. Los problemas del sueño y los trastornos del sueño son cosas diferentes. En este artículo vamos a hablar de los problemas del sueño, ya que constituyen una preocupación habitual de los padres ante la incapacidad para dormir del niño, o por el contrario, quedarse dormido en momentos inadecuados. Este tipo de desórdenes en los patrones del sueño, no son anormalidades ni todos requieren de un tratamiento. Mientras que cuando nos referimos a un trastorno del sueño, sí que existe una alteración de la función fisiológica del sueño, y por tanto, se percibe un deterioro en el bienestar psicológico o físico del niño.
¿Por qué es importante el sueño?
Cuando hablamos del sueño infantil no sólo nos referimos al periodo nocturno, debemos incluir también las horas de sueño diurno en la que los niños descansan. Y es que el sueño infantil cumple una función reguladora y reparadora en el organismo.
El sueño es esencial para el desarrollo ya que permite regular la energía y la temperatura corporal, reabasteciendo y restaurando los procesos corporales que han podido ser dañados o desregulados durante el día.
Empecemos por el principio
El ciclo del sueño está dividido en fases, donde se progresa en profundidad a medida que permanecemos dormidos. Existen dos etapas fundamentales en el sueño: No REM (sueño lento) y REM (sueño rápido que debe sus siglas a “Rapid Eye Movement” del inglés). La primera etapa por la que transitamos al dormir es la No REM, que se compone a su vez de cuatro fases. Todo este ciclo de sueño se va repitiendo mientras dormimos, entre cuatro y cinco veces a lo largo de la noche, en el caso de los adultos.
Los niños tendrán necesidades de sueño diferentes en función de la edad, así que lo primero que debemos comprobar es si nuestro hijo duerme la cantidad de horas que necesita:
- Recién nacido a término y hasta los 2 meses dormirá entre 16 y 20 horas.
- Bebés de 3 a 6 meses, aproximadamente 14 y 16 horas.
- Entre los 6 y los 12 meses necesita dormir entre 13 y 15 horas.
- Niñas de 1 a 2 años, aproximadamente 13-14 horas.
- Niños de 2 a 5 años, necesitan dormir unas 10-12 horas.
- Niñas de 5 a 9 años, aproximadamente unas 10 horas.
A medida que vamos creciendo, necesitaremos menos horas de sueño. Algunos padres identifican la irritabilidad y la hiperactividad de sus hijos como indicadores de falta de sueño. Es cierto que en muchas ocasiones, los problemas de sueño traen asociados problemas de conducta como consecuencia.
Es muy importante respetar las fases del sueño de los niños sin interrumpirlos, respetando sus ritmos para poder establecer hábitos de sueño. Pretender que el niño concilie el sueño puede ser una tarea difícil y muchas veces constituye un verdadero desafío, pero respetando su ritmo y su desarrollo evolutivo, todo será más fácil.
Para ello, los padres deben crear el clima apropiado para que el bebé desde los primeros días de vida pueda establecer su propio ritmo de sueño.
Consejos para que tus hijos duerman bien
La solución a muchos problemas del sueño depende en gran medida de los padres. No es una cuestión de presionar al niño para que se vaya a la cama a una determinada hora o castigarle. Es más efectivo el haber establecido un hábito de sueño. De este modo también evitaremos las repercusiones negativas del mal dormir en el rendimiento escolar, en el estado de ánimo de los niños y otros perjuicios físicos.
Se debe generar hábitos a la hora de dormir apropiados a la edad, determinando y respetando los horarios para irse a la cama, así como para levantarse. Como las etapas del sueño infantil son muy personales, los padres deben ir orientándolas según las necesidades que tengan sus hijos. Entre las medidas saludables para tener un descanso efectivo:
- Tener una cama confortable
- Ambiente de luces bajas
- Temperatura agradable
- Entorno tranquilo
- Evitar el consumo de bebidas con cafeína
- No emplear la cama o la habitación como un lugar de castigo
- Establecer una rutina antes de acostarse como cepillarse los dientes, hacer pipí, un cuento, música relajante, un beso de buenas noches…
- Acostar a los niños a la misma hora
Para el establecimiento de una rutina con horarios y hábitos que hagan sentir seguros a los niños, es necesario conocer bien al niño descubriendo lo que le ayuda a sentirse en calma. Por ejemplo, hay niños a los que les encanta escuchar un cuento antes de dormir, a otros les gusta escuchar una canción o que les acaricien el pelo.
¿Qué hacemos cuando a los niños les cuesta dormir?
Debemos encontrar la mejor manera de calmarles, cambiar el estado del ambiente generando un entorno adecuado, emplear una voz suave y relajada que les pueda transmitir el estado que queremos generar en ellos. Ir generando un ambiente tranquilo en casa a medida que se acerca la hora de irse a la cama (evitar ruidos estridentes, discusiones, televisión, videojuegos, actividad física…).
Acciones y recomendaciones para facilitar el sueño:
– Contarles un cuento o si son más mayores que los lean ellos mismos
– Cantarles una nana o canción de cuna
– Crear el ambiente de la habitación (luces tenues, estrellitas, sonidos suaves, música relajante…)
– La ropa de dormir adecuada (ni frío, ni calor excesivo)
– Objeto de apego que le dé seguridad (chupete, peluche, mantita…)
Recuerda que…
- Durante el sueño los niños asimilan y organizan lo vivido y aprendido durante el día, maduran física y psíquicamente, iniciando su independencia del mundo exterior y adulto.
- Los niños que no duermen bien pueden acabar presentando problemas en su conducta o comportamiento. Por eso es muy importante que desde la más temprana edad se establezcan hábitos saludables.
- Cada niño es diferente por lo que los padres deberán establecer las rutinas que consideren más convenientes adaptándose a las necesidades y al ritmo del niño.
- Si los problemas del sueño persisten en el tiempo y se empiezan a observar efectos en la conducta o el estado emocional del niño, será conveniente pedir ayuda a un profesional.
Por Luz Marina Díaz-Flores Martín de Ruedas (Psicóloga Clínica) ¡Sígueme en Instagram!