Aunque apliques con la regularidad necesaria el protector solar, lo cierto es que cada vez más la exposición al sol tiene consecuencias. Y aunque lo ideal es no exponerse en las horas más intensas y en general reducir el tiempo al sol, sabemos que al estar en la playa o la piscina esto se hace más complicado. Y no solo se trata del sol, sino de la sal y del cloro. Así que aquí tienes algunos consejos para mimar la piel de tu familia (y la tuya, claro) a la vuelta de las vacaciones.

Beber mucha agua

Esto es aplicable en la vida en general, pero cuando se trata de pasar el día fuera en verano es indispensable y el consumo del agua debe aumentar. Hidratarse protege a la piel y a tu cuerpo de la deshidratación.

Aplicar crema hidratante

Al llegar de un día en la playa o la piscina, y tras una buena ducha, lo ideal es aplicar crema hidratante en todo el cuerpo para darle un extra de humedad tras la exposición al sol, la sal o el cloro. Si quieres que sea a modo de spa, puedes meterla en la nevera y tener una experiencia que, además, es refrescante.

Hablando de spa…

Toda la familia puede tomarse un descanso al llegar a casa y tumbarse con rodajas de pepino en los ojos. Hidrata, relaja y baja la hinchazón que probablemente se ha producido por el esfuerzo y el contacto de los ojos con el agua. Y sí además se sirven una jarra de agua también con pepino, ya la experiencia será completamente de spa.

Comer frutas y verduras

Alimentan, te dan vitaminas y, sí, de nuevo, hidratan. Opta por las que estén de temporada y tengan mucha vitamina C (llenos de antioxidantes) y disfruta de una merienda que ayuda a tu piel a sentirse mejor.

Descansar

Dormir bien es imprescindible para que la piel se vea sana y bonita. Aprovechen las vacaciones para darse el descanso que se merecen.