Consolar a los niños significa abordar sus miedos profundos, así como evitar las fuentes de ansiedad continua. Esto se complica por el hecho de que los niños a menudo luchan por entender lo que les asusta o los asusta. ¿Cómo ayudarles?
Muchas veces es difícil saber cómo lidiar con lo que le ocurre al peque. Consolar a los niños, especialmente a los pequeños y a los niños de corta edad, debe consistir siempre en ayudarles a reconocer que algo no es una amenaza como ellos pensaban, pero también es importante tomarse en serio el disgusto aunque provenga de un lugar ilógico.
El equilibrio
Lograr un equilibrio entre la información y el reconocimiento puede ser difícil, pero es la mejor manera de capacitar a un niño para superar los sentimientos negativos. Los padres pueden reconocer cuando las cosas como el clima parecen ser aterradoras, al mismo tiempo que reconocen la diferencia entre el peligro pertinente y el lejano. Estar ahí para ellos de forma reconfortante no sólo significa escucharles, sino también hablar con ellos sobre las ansiedades que tienen.
Lidiar con las pesadillas
No te quedes con el niño hasta que se vuelva a dormir, porque corres el riesgo de estropear sus patrones de sueño.
Evita las películas, los programas, los juegos y las noticias inapropiadas, ya que pueden desencadenar pesadillas en el niño.
Mantén un horario de sueño consistente para el niño, ya que las alteraciones del sueño lo hacen propenso a las pesadillas.
Crea un falso «repelente de monstruos» -una botella de spray llena de agua- y rocía lo más cercano y debajo de la cama mucho antes de la hora de dormir para calmar sus nervios.

¿La muerte?
Lo mejor es tratar la muerte con solemnidad y respeto. Prepárese para la muerte de una mascota explorando el dolor y hablando sobre la posibilidad de un final definitivo. Esta conversación puede ayudar a normalizar las emociones de su hijo cuando la mascota acabe falleciendo.
Los truenos y relámpagos
Apaga las noticias. Mantén las imágenes apagadas hasta que los niños estén profundamente dormidos.
Hágales saber que existen medidas de seguridad que les ayudarán a mantenerse a salvo. Ofréceles la firme seguridad de que los mantendrás a salvo pase lo que pase. Evita las palabras aterradoras cuando describas los fenómenos meteorológicos.
Sea cual sea el motivo por el que los niños se sienten asustados, lo fundamental es que les transmitáis que vais a estar ahí para ellos y que no tienen nada que temer. Quitarle hierro en ocasiones puede ser efectivo, pero siempre demostrándoles que les comprendéis y respetáis.