A ver, que es muy guay hacer las cosas en familia, pero a veces hay que darse también espacio de pareja y disfrutar de momentos para los dos. Así que vamos a proponerte planes para este San Valentín que pueden hacer sin los peques, pero también alguno con ellos… por qué no.

Comida romántica en Marmitón

Ubicado en La Latina este pequeño restaurante tiene unas raíces muy afrancesadas y una cocina deliciosa que, además, no es cara. El ambiente es agradable, los dueños (los cocineros, que también salen a atenderte) son un encanto y la cambiante carta es un espectáculo. Un must es su steak tartar, de los mejores de Madrid. ¡Ah! Llama a reservar, se llena.

 

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Burlesque en The Westin Palace

Este show de burlesque se presenta en el hotel del 11 al 17 de febrero. Leclab Royal es un espectáculo de música y sensualidad al más puro estilo Moulin Rouge, Broadway y el Ziegfeld Follies de París, que se acompaña de un delicioso menú-cóctel y vinos de las Bodegas de los Herederos del Marqués de Riscal.

Relajarse en un Hammam

Al lado de Sol y la Plaza Mayor está un secreto a voces que una vez que conozcas no vas a poder olvidar. El Hammam Al Andalús ofrece masajes, aguas termales y mucho más. Todo a precios súper asequibles y con resultados que te van a dejar flotando de la relajación.

Escaparse a Mallorca

El Castillo Hotel Son Vida (solo para adultos) está ubicado en una possessió mallorquina del siglo XIII que cuenta con la terraza más envidiada de la isla, denominada como “el balcón de Mallorca” por la población local. Sus habitaciones fusionan lujo y confort a la perfección. Este año, el Castillo ha preparado el paquete “Champagne Valentine Deluxe” para aquellos que quieran ser tratados a cuerpo de rey con traslados en limusina, estancia en la Suite Royal, cena Laurent Perrier Champagne, y una visita privada al Atelier de joyería de Isabel Guarch, entre otras experiencias.

Y con los peques… el Museo de las Ilusiones

Es divertido para toda la familia. Este museo, también ubicado en el centro, juega con la perspectiva y efectos ópticos para ofrecer una experiencia súper original. Tendrán fotos memorables. Y luego pueden darse un paseo hasta el Mercado de Antón Martín, en el que se puede siempre picar o tomar algo en sus locales cada vez más agradables, mientras se ve a los vecinos del barrio hacer la compra.