Antes de tener una marca propia, Michela Meni era ya alguien que merecía la pena seguir. La diseñadora, influencer, estilista y madre, tiene un perfil de Instagram impecable y lleno de estilo que inspira a quien lo mire. Meni comenzó en la moda muy joven, aunque de siempre la ropa fue su pasión: «Mi primera experiencia en este mundo fue realmente una locura. Era muy joven, quería ganar algo de dinero para cubrir mis necesidades y hacía trabajos estacionales. Por casualidad acabé trabajando para una marca italiana que tenía sede central justo en mi ciudad (Milán). Una marca pequeña, pero ya en aquel entonces, muy fuerte en el extranjero. Fue una experiencia durísima, ¡hacía de todo! Me ocupaba de los envíos, del control de la calidad de cada pieza, trabajaba codo a codo con las diseñadoras, pero también con costureras de una habilidad increíble. He aprendido muchísimo durante esos años. No solo de lo que se trata de ‘moda’ sino que ha sido una experiencia formativa a 360º, a pesar de la fatiga y de los sacrificios. Ha sido también gracias a ellos que luego he decidido emprender mi recorrido en el sector de la moda: estudié en IED Milano como Fashion Stylist, he trabajado como asistente por varios años y luego ha llegado grazia.it y el trabajo como influencer en el 2012″.

 

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Y ahora Meni tiene también su propia marca. Michela Meni Studio nació hace muy poco, en los tiempos de pandemia, y es, como ella y su estilo, original, con una mezcla de elegancia y sencillez y, en resumen, muy especial e interesante.

¿Cómo comenzó Michela Meni Studio?

Tenía ganas de cambiar, de dar el paso. De involucrarme en un proyecto personal, que representara un nuevo capítulo de un libro empezado hace tiempo.

Michela Meni Studio es bastante reciente ¿por qué nació en la pandemia?

Sí, Michela Meni Studio ha nacido después de unos meses muy complicados, sea desde el punto de vista físico o mental. Pero no ha sido una elección: muchas cosas pasan así, sin control. A pesar del momento en el que estamos yo y Elena (mi importantísimo brazo derecho) nos hemos encontrado en un punto de nuestras vidas donde ambas sentíamos la exigencia de construir algo nuestro. Un proyecto nuevo en el que hemos creído y en el que ponemos cada día cabeza, pasión, tiempo, sacrificios y corazón pero que nos hace muy felices.

Michela Meni Studio trabaja por encargo y con piezas únicas… ¿Qué importancia le das a la sostenibilidad?

Es el principio en el que se funda este proyecto. Cada pieza de Michela Meni Studio está realizada con telas recuperadas de los grandes de la moda. Son telas de colecciones pasadas, descartes de producción, lo que sobra de viejas colecciones que vienen eliminadas de las marcas de lujo. Nos gustaba la idea de poder dar vida a nuevos vestidos sin la producción ex novo de otros materiales. Algo divertido es que, por este motivo, nuestras colecciones ¡son limitadas! Una vez que la tela se termina, no existe la posibilidad de reabastecerse. Nos gusta la idea de ser especiales y únicas, en contraste con las modas del fast-fashion que han dictado las reglas del juego hasta hace unos años.

¿Cómo es el proceso de diseño de Michela Meni Studio?

Principalmente realizamos piezas atemporales, o sea piezas con un diseño clásico que no siguen las modas corrientes. No empecé cómo diseñadora, pero siempre he tenido pasión por las cosas bellas y bien hechas, como las de hace un tiempo. En Italia, hemos tenido gente con excelencia increíble en el mundo de la moda y las competencias artesanales y de costurera todavía existen. Nuestro ambicioso objetivo ha sido aquel de devolver importancia a la herencia italiana.

¿Qué amas de la moda?

Hay muchos aspectos que amo de este mundo (y muchos otros que no soporto). Uno de mis favoritos es el increíble poder que tienen la prendas. Un reflejo inmediato de la imagen que tenemos de nosotros mismos y que queremos dar a los demás. La ropa es, para mí y como la vivo yo, la imagen de lo que siento en el momento en que la llevo. Dependiendo de como llevo unos zapatos o un par de vaqueros, digo algo de mí y de mi estado de ánimo. Adoro mirar las personas y probar a intuir el trabajo que hacen, quiénes son y qué están por hacer a través de la ropa que llevan.

 

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¿Cómo defines tu estilo?

Un verdadero mix de sensaciones del momento: boyish y androgino, mínimal y casual, con toques étnicos orientales y llenos de fascinación por diferentes culturas. No me gustan las etiquetas, solo porque no sabría cuál elegir.

¿Cómo crees que tu presencia en Instagram ha cambiado tu carrera y tu vida?

He abierto mi cuenta de Instagram en el 2012, trabajando como IT GIRL por Grazi.it (hace un siglo)… cuando aún no existía la figura de las influencers. Instagram ha cambiado una parte del fashion system y yo tengo que agradecer de haber estado en el lugar adecuado en el momento justo. Porque gracias a esta red social he conseguido construir una parte de mi camino profesional que nunca hubiera imaginado.
Pero siempre he intentado tener separada, todo lo posible, mi vida privada de las redes. Para mí Instagram siempre ha sido un medio, un instrumento para trabajar. Era y es mi currículo, por esto siempre he intentado utilizarlo con cuidado protegiéndome a mí misma y a mi familia.

¿Qué significa para ti ser mamá?

Ser mamá es una alegría inmensa, es una de las cerezas más deliciosas que he puesto encima de mi tarta.

 

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¿Cómo cambió tu vida al tener un bebé?

Como autónoma he trabajado siempre, hasta muy pocas semanas antes de parir. Los primeros meses con Anita no han sido simples: estaba acostumbrada a saltar de un sitio a otro, seguía muchos proyectos diferentes a la vez, no podía parar. Anita ha cambiado las reglas del juego. Mis prioridades han cambiado: mi tiempo ya no es mío, ella es lo primero. He aprendido realmente mucho con la llegada de Anita: he entendido que tenía que frenar y vivir la vida según otros ritmos. Valoro el tiempo de otra manera y, la verdad, es que he empezado a disfrutar mucho más de todo lo que pasa a mi alrededor.

¿Cómo ha influenciado ser madre tu vida profesional?

He empezado a ver las cosas desde otro punto de vista, desde otra perspectiva. En las redes, por ejemplo, he empezado a seleccionar lo que quería compartir y lo que quería que fuera privado. Recuerdo una anécdota: Un día paseando por la ciudad hemos encontrado una chica que se paró a saludarnos y muy amablemente dijo a Anita que los zapatos que había comprado en Venecia eran muy bonitos. Cuando nos despedimos, Anita me miró y preguntó por qué esa persona, que no conocíamos, sabía de nuestro viaje. Para mí no era la primera vez, pero para ella sí. Desde aquel entonces he empezado a poner mucha más atención a la hora de compartir contenidos. Ser mamá es de verdad la cosa más hermosa, maravillosa y especial. Como trabajadora autónoma a veces no es fácil, pero en la vida se puede hacer todo si uno lo quiere intensamente.

¿Cómo es un día normal en tu vida?

¿Un día normal? No digamos tonterías, ¡los días normales no existen!