Te proponemos tres libros para escapar durante estos días difíciles de confinamiento.

Cuando no puedes huir, volando o caminando, a ese lugar tan especial que te permite parar, respirar y volver a ser dueño de ti mismo, una solución: lectura. Así que para estos días que nos quedan de confinamiento te traemos tres libros para escapar.

Volar a través de sus páginas hacia un lugar distinto y regalarte tiempo a ti mismo. Esta es nuestra selección para salir corriendo, libro en mano, a un refugio anticoronavirus:

El amante japonés (Editorial Plaza & Janés).

Esta obra de Isabel Allende, publicada en 2015, nos lleva desde la Polonia de la Segunda Guerra Mundial hasta el San Francisco de nuestros días. Allí nos narra la historia de amor entre Alma Velasco y el jardinero japonés Ichimei. Sin duda, una obra para viajar.

Las ardillas de Central Park están tristes los lunes (La esfera de los libros).

Esta es una recomendación multiplicada por tres. Y nos tomamos la licencia de acercarte directamente hasta la última obra de la trilogía (“Los ojos amarillos de los cocodrilos” y “El vals lento de las tortugas”), así que tienes trabajo… sin spoilers y para meterte el gusanillo en el cuerpo: el ingenio de los títulos de las obras se transfiere de forma mágica hasta cada una de las palabras de la obra. No podemos decirte más.

Tres libros para escapar

Nubosidad variable (Editorial Anagrama).

El número tres de nuestros libros para escapar es “Nubosidad variable”, de Carmen Martín Gaite. Una novela sobre la relación entre dos amigas de la infancia, Sofía Montalvo y Mariana León, que coinciden, y comparan vidas, treinta años después de salir de la escuela. La revolución interior de las protagonistas, y quien sabe si la tuya, crecerá a medida que pasen las hojas.

EXTRA: Un viejo que leía novelas de amor (Editorial Tusquets).

Además de nuestros tres libros para escapar, te regalamos una lectura extra para cuando devores las tres primeras. La emotiva historia firmada por Luis Sepúlveda está ambientada en la selva amazónica y cuenta la vida de Antonio José Bolívar Proaño en el pueblo sudamericano de El Idilio y de cómo fue capaz de calmar su deseo por la lectura.

“Un viejo que leía novelas de amor” es una de esas obras de las que disfrutarás en una tarde entera, sin poder parar, y que acabarás de una sentada.

¡A leer se ha dicho! Y si tienes recomendaciones, ya sabes, háznoslas llegar para que todos podamos disfrutar de ellas.

Por Sergio F. Núñez.