El planeta está en una situación de emergencia y debemos actuar. Hay un montón de cositas pequeñas que podemos hacer desde casa, y en familiar, con grandes consecuencias positivas.
Los niños serán clave en este cometido. Ellos tienen que aprender, desde edades tempranas, que en nuestra rutina podemos hacer las cosas mejor, siendo más ecológicos. ¿Cómo? Te estarás preguntando, pues con los hábitos que les vamos a enseñar, con el ejemplo de los familiares más adultos y con un acercamiento a la naturaleza en el tiempo de ocio.
A continuación tienes algunas ideas para cumplir este propósito del 2023 en equipo.
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Un básico: reciclar.
Aprender desde pequeños a reciclar es súper importante. Crecerán con esta máxima interiorizada y convencerán a los demás de que es lo correcto. Hay que conocer qué contenedor es para cada cosa.
Y, en la medida de lo posible, utilizar la imaginación para reutilizar ciertos materiales. Echa un vistazo a los vídeos ‘DIY’ (Do it yourself) de Internet y verás que puede llegar a ser muy divertido. Conviértelo en un juego en familia y le sacarás mucho partido.
Cuando los peques se dan cuenta que las cosas no son de usar y tirar, de que no se pueden amontonar quilos y quilos de basura en la tierra, cuidan más sus cosas y se vuelven más responsables.
Excursión al campo.
Vivir en la ciudad no es una excusa para no escaparte a algún pueblo, a alguna montaña o a algún gran parque para desconectar de los edificios, de los coches y del cemento. Hay un montón de trenes, autobuses y conexiones disponibles para moverte a las afueras y acercar la naturaleza a tus hijos.
Si vives en un pueblo te resultará más sencillo entrar en contacto con la naturaleza. Pasea, corre y descubre con tu hijo todo aquello que esconde el campo.
Las niñas y los niños tienen que conocer por ellos mismos qué es la naturaleza: cómo crecen las flores y los árboles. Dónde viven los bichitos y los animales salvajes. Próximamente recopilaremos en un artículo excursiones, rutas de senderismo y viajes en grupo por España para darte ideas.
Planta en tu propia casa.
Lo más parecido a tener verdaderos súper poderes cuando eres pequeñito es la capacidad de crear vida. Planta garbanzos, lentejas, habichuelas o cualquier planta, para que vean cómo nace su ‘creación’. Dale la responsabilidad de cuidarla, de regarla y hasta puede escribir un cuaderno para contar su experiencia como científico.
Entre otras cosas aprenderá que la naturaleza está viva. Y que todo ser vivo necesita su tiempo y cuidado para crecer.
Cocina sano y casero.
Se pueden comer galletas y bollería, en su justa medida. Pero si lo hacemos en casa utilizaremos ingredientes más sanos y evitaremos plásticos y envoltorios innecesarios.
Compra local y sin plásticos.
Ir a la compra con bolsas reutilizables y explicarles a las niñas y a los niños porque lo hacemos les ayudará a entender mejor los problemas del plástico en el planeta. Y comprar en mercados y tiendas de ‘pueblo o barrio’ evitará que usen envases innecesarios para frutas, verduras, hortalizas… Cada gesto es importante.
No gastes más agua de la que necesitas.
El agua del planeta es de todos y, aunque somos afortunados por poder abrir un grifo y tenerla a nuestra disposición, tienen que saber que no es así en todas partes. Por eso hay que ser responsables y no malgastar el agua bajo ninguna circunstancia.
Poner un tiempo límite para ducharse, por ejemplo, es una buena medida. Apagar el grifo mientras nos cepillamos los dientes. Lavar las verduras en un bol y no bajo el chorro de agua… Hay muchas medidas simples que ayudarán a hacer un mundo mejor desde casa.
Ahorra energía.
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La energía también sale de los recursos naturales del planeta, por eso evitaremos usarla si no es necesario. Por ejemplo, si no estamos en una habitación hay que apagar las luces. Si podemos abrir la persiana para que entre luz durante el día a casa y evitar de ese modo encender las luces, también estaremos actuando fenomenal.
En invierno solemos encender la calefacción para no pasar frío, pero antes de llegar a este punto deberíamos pasar por abrigarnos un poquito más (un batín calentito, una mantita…). Y en verano lo mismo con el aire acondicionado, antes de apretar el botón de encendido quítate ropa, abre la ventana o baja un poco las persianas para que no se cuele el calor.
Dona los juguetes que no utilices.
Si en casa tenéis juguetes que ya no usáis, no los tiréis. Limpiadlos bien limpios, arregladlo si tiene algo roto y donadlo a otros niños con menos posibilidades, seguro que lo agradece. Y el planeta también.
Usar el transporte público
Andar hasta los sitios o usar el transporte público (o ecológico, como la bicicleta) por encima del coche individual. La contaminación en las grandes ciudades se nos está yendo de las manos.
Todo esto te ayudará a crear una conciencia familiar y una/un peque con valores súper positivos, a favor del mundo en el que vive.
Recuerda, mundo no hay más que uno, hagamos lo que podamos.
Por Henar Langa.