Nos encanta el diseño y la decoración, nos encantan los espacios especiales y únicos, y nos encanta hablar con mujeres que admiramos. Entrevistamos a la diseñadora Miriam Alía, sobre su trabajo como decoradora e interiorista en su estudio, su familia y su vida en general.

¿Cómo llegaste al diseño de interiores?

Siempre me gustó el diseño y la decoración, cuando iba a una casa me fijaba mucho en los detalles y pensaba en las cosas que se podrían hacer ahí.

Cuando terminé el colegio, descubrí IADE (mi madre estudio interiores también ahí), y me encantó, era como reunir las asignaturas que más me gustaban del colegio, disfruté muchísimo.

Al terminar mis estudios trabajé en varios estudios de arquitectura e interiorismo hasta que decidí dar el gran paso y crear mi propio estudio.

¿Qué te atrae del diseño de interiores?

Me atrae su versatilidad, la posibilidad de crear espacios nuevos, el poder que tienes de crear emociones y sensaciones.

A modo profesional lo que más me gusta es que es una profesión muy diversa que se aleja de la monotonía. Un día puedo estar haciendo trabajo de ordenador como dibujar planos, elaborar presupuestos… otro día puedo estar en obra y otro día en busca de materiales.

¿Cómo enfrentas cada proyecto? ¿Cuál es tu proceso creativo?

Lo primero de todo, cuando entra un proyecto nuevo al estudio, me gusta visitarlo, recorrerlo y fijarme en los detalles que lo hacen único, por ejemplo, me fijo mucho en cómo incide la luz, el uso o la vida que va a tener ese espacio, quien lo habita…

La segunda fase es una búsqueda de información con la que marco una gama cromática, imágenes de referencia que me inspiren. Una vez definida esa fase, nos ponemos manos a la obra con la distribución y componiendo un espacio en tres dimensiones.

Una de las partes más difíciles para mí es materializar todo aquello que visualizo en mi cabeza; recurro siempre a los moodboards, donde puedo jugar con materiales y ver cómo funcionan entre sí.

¿Qué proyecto has disfrutado más?

Todos tienen algo que los hace especiales y únicos, ahora os puedo destacar mi casa, que la he terminado hace poco y he disfrutado muchísimo todo el proceso.

Ha sido un proyecto muy personal en el que he tenido libertad absoluta a la hora de diseñar, aunque también un proyecto complejo, tengo 4 niños, y aparte de algo estético tenia que ser muy funcional.

Aún me queda cerrar algún pequeño detalle, pero tengo muchísimas ganas de compartirla muy pronto porque su diseño es muy diferente a lo que acostumbro.

¿Cómo describirías tu casa?

La definiría como una casa muy acogedora y muy cómoda, pensada para disfrutarla con familia y amigos, pero sin dejar de lado un diseño 360º en la que todo ha sido diseñado especialmente para ella.

Me inspiré en los años 70 a la hora de diseñarla, la paleta de colores que escogí es muy cálida, lo que me ayudó mucho crear esa atmósfera acogedora que buscaba.

¿Cómo defines tu estilo?

Creo que es un estilo fresco, alegre y muy luminoso, que te invita a disfrutar de él y desconectar. No puede faltar una buena iluminación tanto natural como artificial. En cuanto a colores predominan los tonos pastel con toques de color mas potentes, todo unido por tonos más neutros.

Me encanta descubrir piezas y diseñar otras, crear espacios con piezas únicas.

¿Qué es para ti ser madre?

Pues lo mas bonito del mundo, que voy a decir. Los niños son muy seguidos. Tuve 3 en 1 año, primero mellizos y a los 12 meses nació la niña. Hay un cuarto, que yo digo que es el descolgadillo, que se lleva tres años y medio con la niña. Así que todo se vive con intensidad, da pena ir quemando etapas tan rápido pero van llegando otras y no dejan de sorprenderte.

¿Teniendo hijos piensas en el diseño de otra manera?

La verdad es que no, por los niños no hay que renunciar al diseño, sino dar otra vuelta de tuerca a las cosas e intentar adaptarlo para conseguir el efecto y la estética que quieres.

¿Cómo es tu rutina en un día normal?

Por las mañanas, mi marido lleva a los niños al cole, eso me permite tomar un café y organizarme bien el día a primera hora y que nada se me escape.

Después al estudio, y allí ya los días son totalmente diferentes, hacer diseños, visitas a obra, ir a descubrir materiales nuevos, reuniones con clientes…

Por la tarde, no siempre se puede, pero intento llegar lo antes posible a casa para acompañar a los niños en deberes y pasar tiempo con ellos, aunque tenga mucho trabajo no quiero renunciar a ese tiempo con ellos.

Por la noche si no he terminado todo suelo sacar más tiempo de trabajo, sobre todo cuando tengo diseños nuevos entre manos, me encanta diseñar por la noche cuando todo esta en calma y siempre hay una serie de fondo.

A las mujeres siempre se les pregunta sobre el equilibro entre la vida familiar y laboral… aunque es una pregunta para todos. ¿Cómo es ese equilibrio?

La verdad es que bastante complicado, creo que somos muy exigentes con nosotras, y queremos llegar a todo sin descuidar nada, eso nos obliga a estar siempre al 100% y la verdad es que terminas ¡agotada! Pero así somos las mujeres, ¡UNAS LUCHADORAS!

¿Qué proyectos tienes entre manos?

Estamos trabajando en el diseño de un hotel aquí en Madrid que estamos disfrutando muchísimo, arquitectónicamente es una maravilla y profesionalmente un reto increíble.

Siempre tenemos proyectos de viviendas entre manos y ahora en conversaciones para un showroom de moda fuera de España.