Hablamos (porque nos encanta entrevistar a creador@s muy Yoyorama) con Elena Sánchez Santos la fundadora y diseñadora de Lelelerele sobre su gusto por lo manual, su trabajo, su familia y su encantadora marca de muñecos y peluches hechos a mano.
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¿Cómo nació Lelelerele?
Hace ya 11 años me pedí para reyes unos libros japoneses. En ellos se enseñaba a coser muñecos, las instrucciones estaban en japonés, pero las fotos y dibujos eran muy claras, además eran bellísimos.
Ya había tenido intentos de hacer muñecos cuando era pequeña, junto a mi madre y mi hermana. Pero eso no salió bien, jejeje. Siempre nos quedaba un churro, y tenía la espinita clavada desde entonces. Así que muchos años después y con la ayuda de esos libros nació el primer Lerele.
Aunque reconozco que aquél primer muñeco no me gustó mucho, tuve que probar y probar hasta que me sentí orgullosa del resultado. Y fue entonces cuando abrí mi blog y empecé a mostrar mi trabajo en internet.
¿De dónde sale el nombre?
Un día senté a toda mi familia en la mesa de la cocina, armada con una libreta. Hicimos una especie de brainstorming y mi hermana propuso Lele Lerele. Lele porque así es como me llama ella (diminutivo de Elena) y Lerele como coletilla graciosa/flamenca (sin ser yo nada de eso). Al final después de darle vueltas a todas las opciones ese fue el nombre ganador. Muchos expertos en marketing me han dicho que debería cambiarlo, porque resulta difícil de pronunciar y deletrear, ¡pero a mí me encanta!
¿Cómo definirías la marca?
Dulce, sensible, con alma… Siempre digo que mis muñecos no son productos, son seres. Porque tienen algo más que tela, tienen alma y corazón.
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¿Qué pieza es tu preferida?
Es muy difícil elegir entre todos, supongo que es como pedirle a una madre que te diga cuál es su hijo favorito, jejeje. Pero sí que es cierto que disfruto especialmente fotografiando a “Les Memels”, ya que puedo jugar con sus peinados, con su ropa y complementos, y me siento como una niña pequeña.
¿Por qué peluches y muñecos?
Puede que suene un poco raro, pero siento algo especial al hacerlos. Especialmente en el momento de ponerles la carita, es como si cobraran vida, como si parte de mí se quedara en ellos. Me siento un poco Gepetto con Pinoccio.
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¿Qué diferencia a Lelerele de otras marcas de peluches?
Su diseño, sus materiales, su fabricación artesanal, el mimo y cariño con el que hago cada pieza. Y supongo que también la forma que tengo de contarlo en las redes. Ellos para mí tienen algo único, e intento transmitirlo a través de fotos y videos.
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¿Cuál es tu proceso creativo?
Empiezo con un boceto y a partir de ahí voy creando el patrón. Ensayo y error mediante prototipos hasta que doy con el definitivo. También es importante la búsqueda de materiales: mi favorito para el cuerpo es la loneta de algodón, por su resistencia, pero me gusta variar en el pelo y la ropa. Una vez hecho el modelo definitivo toca hacerle fotos (una de mis partes favoritas) y presentarlo al mundo.
¿Cómo defines tu estilo?
Diría que es dulce, sencillo, y un poco ingenuo.
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¿Qué significa ser madre para ti?
Ser madre para mi es un continuo aprendizaje. Es redescubrir la vida a través de otros ojos (los de tu peque).
¿Cómo es tu rutina en un día normal?
Me despierto muy temprano, normalmente sobre las 5 de la mañana, así puedo trabajar en el taller un par de horas antes de que la peque se levante. Estas horas suelo dedicarlas a las tareas de costura. A las 7 normalmente ya está en pie, así que remoloneamos, desayunamos, nos vestimos y al cole. Sobre las 9:30 empieza la segunda fase de mi jornada laboral, que inevitablemente se termina mezclando con las tareas domésticas. Es difícil separar una cosa de la otra cuando tienes el taller en casa. Depende del día coso, hago fotos a los Lereles que ya tengo terminados, preparo las publicaciones de redes… A las 14 voy a por la peque al cole y pasamos la tarde juntas, intento rascar alguna hora más de trabajo cuando llega su padre , pero no siempre es posible.
A las mujeres siempre se les pregunta sobre el equilibro entre la vida familiar y laboral… aunque es una pregunta para todos. ¿Cómo es ese equilibrio?
Creo que es muy difícil compaginar ambas cosas en la sociedad en la que vivimos. Se nos exige trabajar como si no tuviésemos criaturas, y criar como si no tuviésemos que trabajar. Y es imposible y muy frustrante. Porque siempre te parece que estás sacrificando algo. Me siento muy afortunada de haber creado un trabajo a mi medida, que me permite organizar mi día y adaptarlo a mis necesidades familiares. Pero no ha sido tarea fácil y ha habido muchas renuncias por el camino.