El 1 de agosto de 2002 abría sus puertas en el distrito 19 de París CaféZoïde, el primer café cultural pensado para los niños y, por extensión, sus familias.

Dedicado a los más pequeños, desde bebés recién nacidos hasta adolescentes de 16 años, nacía fruto del deseo frustrado de una de sus impulsoras, Anne Marie Rodenas, que cuando era una niña de 12 años soñaba con tener un sitio para poder reunirse y jugar con amigos de su edad.

Anne Marie quería un café abierto para los niños pero también para todos, que además le ofreciera la posibilidad de poder llevar a su hermano pequeño, de quien era responsable algunas tardes.

«Este deseo y este ensueño, lo compartí, 30 años después, con otros adultos que querían participar en la creación de un lugar donde adultos benevolentes recibirían a los niños», explica en la web.

Tras casi veinte años funcionando, CafeZoïde y su premisa que “respetar los derechos de los niños es nuestro deber” se ha convertido en todo un referente. De hecho en Francia son numerosos los cafés para niños agrupados en una federación. Son lugares que permiten que niños y padres se reúnan en un espacio sin alcohol ni tabaco en el que ni unos ni otros se van a aburrir.  Alternativa ideal a la tradicional salida al parque después de la escuela, estos cafés son también una oportunidad para que los más pequeños descubran sitios con una variada oferta de actividades culturales de calidad y para que los mayores intercambien inquietudes.

 

M.C.