Llega el momento favorito de las familias Yoyorama, las vacaciones. Hace tiempo que la vida lo está avisando: los puentes primaverales, los días que se alargan, el frío que se aleja…. Pronto veremos piscinas y playas llenas de gente. Y, para entonces, probablemente, nosotros ya estaremos algo bronceados. Pero lo haremos, como siempre, cuidando dos cosas: nuestra piel, y el planeta. ¿Cómo? Con los mejores protectores solares. Revisemos los hitos que han marcado la relación del ser humano con el bronceado y con los solares. Y luego, hagamos una lista de los mejores.
El año de los solares
A principios del siglo XX en Occidente la belleza se asociaba a la blancura de la piel. Era esta sinónimo de clase alta (no de trabajo en el campo) y de pertenencia a la raza que ostentaba el poder, la blanca. Una mujer de actitud libre y sensibilidad estética única cambió nuestro modo de verlo: cuando en 1920 aparece una foto de Coco Chanel con la piel bronceada por el sol, el concepto cambia. Su color dorado no tarda en ponerse de moda en clases altas y medias y empieza a asociarse a estatus: solo los que podían “veraneaban”. Sin embargo no se creó un cosmético con filtro solar hasta 1938. ¿Fue cosa de Eugéne Schueler, fundador de L ́Oréal o de Franz Greiter que sufrió una quemadura mientras escalaba el Piz Buin? Quizá fue otra persona menos respaldada que estos dos grandes científicos a los que se les atribuye. En todo caso, 1938 es el año oficial del pistoletazo de salida para la creación de solares.
Solares para el moreno
En los años 50 se fomenta más la idea de bronceado que la de protección, como muestra el mítico cartel de Coppertone ilustrado por Joyce Ballantyne, en el que un perro muerde las braguitas de una niña rubia de tres años (inspirada en su propia hija). El lema dice !No seas un piel pálida! Llegados los setenta el bronceado no puede estar más de moda. Las escapadas a sitios con sol se convierten en lo más popular entre la clase media. Y volver con la piel oscura en uno de los signos de belleza y estatus. Los solares que más se venden en ese momento son los que prometen un rápido bronceado. En ese momento aún no existe conciencia de los peligros que esto conlleva pese a que ya hay evidencias científicas que hablan del daño solar. Los estudios que certifican el vínculo entre exposición solar y algunas patologías, avanzan despacio.
Filtros solares en las playas
Muy poco a poco se va consiguiendo que una sociedad acostumbrada a buscar el sol como signo de salud, empiece a entender que hay algo equivocado en la costumbre de la exposición solar sin protección. Tal vez podemos situar en los noventa la popularización del uso de filtros solares elevados ante la exposición solar. En esta década nacen los primeros protectores pediátricos y los nutricosméticos. Al principio la protección alta solo se consigue en texturas poco confortables y que dejan la piel de un color blanco de clown. En las playas empieza a ser habitual encontrar a personas “pintadas” de fantasma y con amplios sombreros. Pero en esta década se avanza mucho con las texturas y los conceptos. Y se crean productos híbrido (cosméticos que además de filtro solar contienen ingredientes antiedad, o maquillaje que aporta un tono bronceado…)
Solares para cada necesidad
En los 2000 la industria ha avanzado mucho y aparecen productos para todos los gustos y necesidades: pieles sensibles, grasas, secas, cremas para deportistas, protectores para alérgicos al sol…. Se avanza mucho también en cuanto a envases y dosificadores. Aparece el cómodo spray, por ejemplo. Y empieza a preocuparnos la protección de otras zonas del cuerpo con el consiguiente lanzamiento de nuevos productos solares: el pelo y los labios.
Los solares no son inocuos
Mientras, de forma lenta, el mensaje ecológico va calando en la sociedad. Y el descubrimiento de la peligrosidad de las costumbres humanas para el océano. Sobre todo por el vertido de residuos, entre ellos el plástico. Pero también por algo inesperado: los ingredientes de los productos con filtro solar son dañinos para la vida de algunas algas y corales, base de la vida marina. No es hasta pasado el 2015 cuando las marcas empiezan a crear solares que, sin solucionar del todo su peligrosidad para el medioambiente, la mitigan. Entre 2018 y 2020 nacen numerosos productos con eslogan ecológico. Y este 2022, es la principal tendencia. La estrategia de marketing busca al comprador ético y preocupado por el medioambiente y lo hace a través de solares con nuevas fórmulas más respetuosas.
Los solares de la familia Yoyorama
Las familias Yoyorama empiezan a tomar el sol sin filtro unos minutos al día para ayudar a sus cuerpos a producir vitamina D. Y después se protegen con lo mejor para la piel y el océano. Aquí va una elección que tiene en cuenta que no todos somos iguales. Para tu bolso, tu bolsillo, la bolsa familiar y la mochila de los peques.
Un solar (para pieles grasas) que respeta el océano:
Cleanance Solar SPF 50+ (13,50€) evita todas las imperfecciones de las pieles grasas, mientras protege. Y es de Eau Thermale Avène, una de las marcas más comprometidas con la conservación de los corales.
El solar de los que no aguantan los solares:
Contiene ingredientes para luchar contra el envejecimiento y además es tan ligero que no molesta ni a los que odian las cremas. Water Fluid 50+ Antiaging & Light Texture (27€) de Sensilis. Este año la firma se ha comprometido con el cuidado del mar.
Para loc@s del aceite solar (si es seco):
Este aceite seco deja la piel satinada e ilumina el bronceado gracias a su textura fundente y no grasa. También puede utilizarse en el pelo. Bariésun Aceite Seco SPF50+ (20,50€), de Uriage.
Un stick solar en el bolsillo, para toda la familia:
Aplícalo en zonas delicadas o en toda la cara: Invisible Protective Stick SPF 50 (25€), el nuevo cosmético solar de la gama SUNAGE de Montibello que vale para todas las pieles, incluso las más sensibles.
Para las pieles sensibles de la casa (y con tendencia a rojeces):
Heliocare 360º MD A-R Emulsión SPF50+ (29,40€). Mitiga las rojeces mientras protege con los conocidos filtros de Cantabria Labs.
Un verdadero `placer solar´:
La protección en bruma nos encanta: refresca y se aplica rápidamente. Esta de Clarins es, además de tacto seco, para l@s maniátic@s del “pringue”. CLARINS Crème Solaire Toucher Sec SPF 50 (30,50 €).
Un solar para que se lo pongan solit@s:
Solar en spray, fácil y divertido de aplicar y con la garantía de Eucerin. Sun Trigger Kids Spray Sensitive Protect SPF 50 + (27,90€).
El solar de cada día:
Porque también los días que no tomamos el sol, debemos protegernos. Este es fluido, agradable, seguro, invisible y… de una de las marcas más clean, Caudalie. Vinosun 50+ (23,50€). Se han comprometido a recoger de los océanos tanto plástico como el que producen. Ese material recogido se recicla y reutiliza.
¿Y después de la exposición solar?
Acelera, prolonga y repara con After Sun Glow (19€), de Anne Möller (una de nuestras marcas favoritas).
El mejor truco de `belleza solar´
Si quieres un bronceado sublime, dorado y radiante, aplícate cada tarde, tras la exposición, unas gotas de 707 Nutri Glow, de Sofia Bertrand (90€).
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