Los amigos son, como pocas cosas en el mundo, no solo indispensables sino beneficiosos. Producen alegría, apertura, conversación, juegos, amor, compañía, comprensión… son una fuente de aprendizaje y crecimiento como pocos… como dice la sabiduría popular: son nuestra familia elegida. Y su presencia, desde la infancia, tiene muchos beneficios para los peques. Y para celebrar el Día de la Amistad (fue ayer) vamos a repasar algunos de ellos.
Enseña a disfrutar de la diferencia
Al hacer amigos, los peques se abren a conocer las opiniones, los gustos y las culturas de otros peques, que no necesariamente comparten las suyas. Esto les enseña que el mundo no solo es como ellos lo experimentan, sino que hay diversidad y diferencia y que, en ello, reside la riqueza del ser humano.
Enseña empatía
Pasar tiempo con otros niños, verlos sufrir o sentir alegría, en resumen, verlos experimentar experiencias y emociones, abre a los peques a entender cómo se siente y ve el mundo otra persona, los ayuda a ponerse en los zapatos del otro.

Es una fuente de cariño
Esto habla por si solo. Los amigos, y mucho durante la infancia, pueden convertirse en incondicionales, en aliados, en fuentes de amor y felicidad.
Mejora la comunicación
Al tener que expresar cómo se sienten, lo que quieren y lo que necesitan y tener que entenderlo de sus amigos, los peques mejoran sus habilidades de comunicarse con otros.

Les ayuda a compartir y ser seres sociales
Al pasar tiempo con otros niños, los peques aprenden las dinámicas sociales y la convivencia, aprenden a compartir y ser menos egoístas, a ser más flexibles y abiertos.
Les sube la autoestima y otorga sentido de pertenencia
Tener amigos le da a los niños la sensación de pertenecer a un grupo y les sube la autoestima, ya que se sienten queridos y respetados por sus pares.